sábado, 13 de junio de 2015

La gente ya no sabe viajar

La gente ya no sabe viajar. Hay ciertas diferencias entre viajar y hacer turismo. Se viaja por el gusto de conocer y experimentar, y se hace turismo por el gusto del "yo he estado allí". Y allí también. Y allí. ¿Y qué viste? Pues muchos monumentos.

Foto: Ben_Kerckx

Para quedarme toda una mañana en el banco de un parque leyendo un libro no voy a Roma, eso puedo hacerlo en mi ciudad. ¡Eh! ¡No te quedes parado mirando a la nada, que tenemos que estar en el hotel antes de las ocho para la cena! No hay tiempo de dar un paseo, tenemos que dormir mucho que mañana vemos el Coliseo, el foro romano, la Piazza Navona, San Carlos de las Cuatro Fuentes, el Baldaquino de Bernini, la Boca de la Verdad, El Panteón de Agripa y la Piedad y el Moisés de Miguel Ángel (recupera el aliento)... ah, y tenemos que echar una moneda en la Fontana de Trevi. ¡Que no se olvide!

Un turista nunca lleva lo suficiente en sus maletas, que, al llegar deja en el hotel y cambia por una botella de agua, una cámara y un guía turístico. La "comodidad" le es de una importancia suprema. No al transporte público local, no a caminar más de lo estrictamente necesario (es perder tiempo y cansarse absurdamente). Los taxis y las visitas guiadas son lo mejor. Viajar sin una planificación previa exhaustiva, con horarios, números de teléfono, lugares que visitar, no sirve para nada. La lluvia jode los planes, no existe otra posibilidad que quedarse en la habitación del hotel. Y pasar un verano entero recorriendo mundo, es desaprovecharlo. Con una semanita... va que chuta.
Tiene un mapa en su habitación con los sitios a los que ha ido.

Un viajero subsiste con una mochila a los hombros, y todo lo que necesita dentro. Busca varios lugares sobre los que leyó en un libro o vio en internet, y todo lo que se encuentre a su paso es bienvenido. No le importa llegar mañana, pasado o el otro. Ir sin horarios es lo mejor; preguntar a los locales recomendaciones sobre la marcha es más interesante. No tiene problema en quedarse toda una mañana tumbado en el césped de un parque viendo como se mueven los árboles o como pasa la gente. Siempre es diferente en un sitio y en otro. Y tampoco le importa hacer un poco el tonto por allí ya que nadie le conoce. Si llueve, se buscan alternativas. Irá al cine a ver pelis en italiano, en francés, o en ruso. No se enterará de una mierda, pero la filosofía es "todos los días se aprende algo". Y lo más importante, cualquier cosa por alargar el viaje (que suele venir condicionado por la situación económica). Alguna vez se ha guardado restos del desayuno en la mochila disimuladamente, y si hay que comer a base de pan y chorizo del super, no es problema.
Tiene un mapa en su habitación con sus siguientes destinos.

Es cuestión de filosofía de vida y esto es un resumen rápido. Por supuesto que hay viajeros a los que no les gusta el chorizo y turistas que cuando llueve, se mojan.

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2 comentarios:

  1. Uff cuánta verdad hay en tus palabras, siempre me ha molestado tener que hacer turismo con esos horarios tan estrictos. Tengo muchas ganas de viajar, así, a mi ritmo.

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    1. ¡Viaja todo lo que puedas y como quieras!

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Quiero leeros.