lunes, 28 de diciembre de 2015

Cosas estrictamente necesarias si viajas en plan salvaje

Viajar en plan salvaje implica gastar poco dinero al día, evitar rutas y transportes convencionales e improvisar el plan más o menos sobre la marcha. A menudo supone evitar 'comodidades' que nos aíslan del entorno en cierto modo. Comodidades como sentarse en una silla, dormir sobre un colchón o ducharte en una ducha... valga la redundancia. Esto se sustituye por sentarse en una roca, dormir sobre una manta en un campo y bañarse en un arroyo para quitarse el olorcillo, respectivamente.
Con esta lista os haréis una idea de lo estrictamente necesario para sobrevivir a un viaje del estilo.

1. Neceser: con pasta de dientes, cepillo, desodorante (de untar), vaselina, crema solar, champú y cortauñas. El champú sirve tanto para ducharte como para lavar la ropa, y el cortauñas evitará que parezca que te has metido el dedo en la nariz. Extra: toalla pequeña (se seca muy rápido colgada de la mochila y no ocupa mucho en el interior).
2. Mechero y navaja. Siempre útiles, ya sea para abrir una lata de tomate o para encender un fueguecito sobre el que calentar ese tomate en la misma lata.
3. Botiquín. Por si haces el loco y te sale mal. En su interior: agua oxigenada, yodo, gasas, esparadrapo y tiritas. Ah, y antimosquitos.
4. Manta. Por si duermes en la calle, te quieres tumbar en un parque o hace frío en el albergue/hostal.
5. Papel higiénico. Siempre útil.
6. Paraguas. Puede servirte para evitar el sol o la lluvia e incluso improvisar un refugio.
6. Agua y comida.
7. Un buen libro.

Con los zapatos y la ropa entiendo que ya os las apañáis vosotros...

Una cosa que merece la pena llevarse si os sobra un hueco es una hamaca de tela de esas que casi caben en un bolsillo. Te permiten dormir en cualquier sitio (en alto además), y en Decathlon por ejemplo cuestan menos de 10 euros...


Mis redes sociales:

jueves, 17 de diciembre de 2015

Tuits falsos. Cómo se crean y cómo detectarlos

Ideologías aparte.
Desde tiempo atrás venimos encontrándonos con individuos que se dedican a editar tuits de políticos y difundirlos por las redes sociales como si fueran verdaderos para hacerles perder votos o simplemente para hacer la gracia. Incluso la misma oposición ha tomado por verdaderos mensajes que no lo son, para echar en cara algo que nunca sucedió.
La cosa es que se tarda menos de un minuto en cambiar un tuit por otro, hacer una captura de pantalla y disfrutar de como se extiende. Con esto no quiero decir que debáis hacerlo...

Primer paso
Abre Google Chrome.

Segundo paso
Elige un tuit, selecciona el texto, clic derecho, 'inspeccionar elemento'.

martes, 8 de diciembre de 2015

Yo no me jubilo

La humanidad envejece a la vez que aumenta la esperanza de vida. Pocas enfermedades matan a un hombre que visita al médico asiduamente. Hay ciudades de ancianos y pueblos donde no nacen niños desde hace años. Para unos un logro y para otros un problema; la superpoblación hace que consumamos más recursos de los que la Tierra produce. Malthus decía que la población aumenta en progresión geométrica, mientras que los recursos lo hacen en progresión aritmética (multiplicando por dos y sumando dos, respectivamente).
Somos una plaga, pero mis razones para no vivir tanto tiempo son otras, aun así.

Un hecho curioso es que los animales salvajes no mueren en un sillón mientras ven la tele, tampoco mueren conectados a una máquina en un hospital, ni de un susto cuando suena el despertador por la mañana... Mueren de hambre, de frío, cazados, ahogados o en alguna trampa mortal creada involuntariamente por el hombre, sólo por poner algún ejemplo.
Los animales salvajes no comen pienso diseñado a nivel molecular para ser plenamente sanos; comen lo que encuentran, lo que les gusta, lo que son capaces de conseguir por ellos mismos.
Y lo mejor... no viven todos los años que podrían vivir. Mueren cuando aún son fuertes y atractivos, cuando aún sienten el impulso de divertirse y vivir con ganas.

Cada día observo como jóvenes y mayores se afanan por llevar una vida sana. Unos no beben, otros no fuman, otros no comen beicon y otros no corren sobre el asfalto porque es malo. Los niños no; a los niños les da igual que el chocolate sea adictivo (y a mí también).