martes, 1 de noviembre de 2016

La pesadilla del autostop

Supongo que muchos de los autostopistas principiantes, como yo, hemos pensado alguna vez que eso de hacer dedo es cosa fácil, que no vamos a tener que esperar más de cinco-diez minutos o que siempre se encuentra un sitio bueno para ponerte y esperar. Mi experiencia me dice lo contrario. Llamadlo mala suerte, mala pinta o mala elección del lugar.

Cuando llevas 2 horas al sol sonriendo mientras pasan los coches.

Empecé con el autostop en Francia este verano. He de decir que el primer día no me fue nada mal y recorrí los 400 kilómetros que separaban Nantes de París en menos de 5 horas.
Cuando quise salir de París me fue de pena. Perdí un día entero y acabé pagando un tren. También perdí más de tres horas otro día cuando intenté recorrer 17km con Pierre, un canadiense que conocí allí. Acabamos por hacer gran parte del camino andando, hasta que, mientras descansábamos derrotados, un grupo de jóvenes se ofreció a llevarnos.


Una foto publicada por Jaime (@_yeims) el


Aun así, en Francia la experiencia fue medianamente positiva, pensando en que era transporte gratuito por supuesto. Mi conclusión fue que el autostop está bien si no tienes prisa, si no has comprado vuelos de vuelta y no tienes un plan demasiado definido o ajustado. En cualquier otro caso, creo que merece la pena invertir algo de dinero en transporte tipo Blablacar o Flixbus.

El último fin de semana me planteó un amigo salir de Sevilla a la aventura, con nuestras mochilas y dirección norte por la N-630. Me apunté, por supuesto. Ha sido mi peor experiencia autostopista hasta la fecha. Lo bueno de ir en pareja es que este tipo de cosas se llevan mejor y son hasta graciosas. Si hubiera estado solo me hubiera muerto del asco. 

Apenas recorrimos 50 km la primera mañana. Llegamos al pueblo del Ronquillo y tras probar en varios puntos (incluidas la gasolinera, la entrada del pueblo, la salida y la desviación a la autopista) e incluso preguntar en varios bares si alguien se dirigía hacia el norte, parecía que no, que, o iban al sur, o se quedaban en el pueblo, o iban con el coche a tope o que yo que sé qué.

En la carretera parecía que no entendían muy bien qué estábamos haciendo. Al levantar el dedo y sonreír nos devolvían el dedo y la sonrisa mientras proseguían amablemente con el coche vacío por la carretera desierta. No hacía un calor excesivo pero tras cinco minutos al sol con el cartel te ardía la nuca. Nos íbamos turnando y probamos todas las tácticas posibles. Ya había escuchado que dos chicos eran la peor combinación para el autostop. Por eso llegamos incluso a hacer dedo uno solo mientras el otro se quedaba atrás o se escondía. También le dábamos la vuelta al cartel. Por un lado decía 'norte', y por el otro 'cáceres'.

El caso es que pasamos 24 horas encerrados en el pueblo (acampamos a pie de carretera), y al día siguiente, tras varias horas probando suerte, decidimos entrar a la oficina de turismo para preguntar los precios del autobús. La casualidad hizo que el encargado de la oficina ese día fuese a sevilla sobre las cuatro de la tarde, así que nos ofreció llevarnos a esa hora. Solo tuvimos que esperar tres horas más al fin... y llegamos a casa. Creo que tengo experiencia de sobra para emitir un juicio:
Desde mi humilde opinión, merece la pena pagar por el transporte como he mencionado antes (hay precios realmente económicos) o probar alternativas de viaje como el cicloturismo. Al fin y al cabo el dinero se recupera, pero el tiempo no.

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