domingo, 22 de mayo de 2016

¿Por qué voy en bici a todos lados?

¿No te da pereza? ¿No sudas? ¿Y si llueve? Son preguntas con las que me cruzo frecuentemente. La primera respuesta es NO; la segunda, NO; y la tercera, hago lo mismo que haría un usuario de moto (pantalón impermeable, chubasquero y a rodar).

Tengo razones de sobra para desplazarme en bicicleta por mi ciudad. Os las voy a mostrar, no por justificarme a mí mismo, sino para que veáis las ventajas que me supone.

1. Es más barato que cualquier otro transporte. Por lo general, sale gratis. Un par de revisiones anuales a lo sumo y algún pinchazo ocasional siguen sin llegarle a la suela de los zapatos al coste de mantenimiento y uso anual de un coche.

2. Es el transporte urbano más rápido (tras el helicóptero privado jeje). Sí, aunque suene extraño, en trayectos por ciudad se tarda menos yendo en bici que en coche, taxi, bus o metro, y más si la ciudad es completamente llana como Sevilla y está bien equipada de carriles bici. Tenemos menos semáforos, más líneas rectas, no hay atascos y tardamos menos de un minuto en aparcar. Sin embargo, según el periódico 20m, se tarda unos 9 minutos y medio en recorrer un kilómetro al volante de un coche.

3. La bicicleta es silenciosa. Me molestan mucho los frenazos, acelerones, pitidos y en general los motores en funcionamiento desde la primera hora de la mañana. Y a los típicos que llevan el coche / moto sin silenciadores 'porque suena mejor' y van reventando oídos / despertando familias a las tres de la mañana, no les daba ni agua en un desierto. ¿No es mejor una ciudad sin esos ruidos?

4. Hago deporte diariamente. Solo al ir y volver de la universidad, me planto en los 14 kilómetros. Son 25 minutos cada trayecto que me bebo con ganas todos los días. Es mi ratito de pedaleo y reflexión que me hace llegar más centrado a clase. Rara vez he sudado, incluso en verano. Tal vez las ocasiones en las que llego tarde a clase, cuando meto el turbo. Con un ritmo suave la brisa te refresca y no pasas calor. La cosa es quitarte la chaqueta/sudadera y ponértela luego. Y para que no sude la espalda, puedes usar alforjas.

5. No contamina ni ensucia el aire de la ciudad. ¿Sabéis que el humo de los coches diésel es tan peligroso como el del tabaco, el amianto, los rayos UV y los X? Y no son necesarias grandes exposiciones para desencadenar enfermedades como el cáncer de pulmón. Además de que promovemos el efecto invernadero y por lo tanto el cambio climático. Os vais a quedar sin casa en primera línea de playa chicos... Y en esta entrada no voy a entrar en temas como la sexta extinción masiva [leer sobre ella en El País].

6. La bicicleta es muy versátil. O, dicho de otra manera, fácilmente aparcable. Puedo entrar con ella al supermercado o meterla en casa de un colega. Puedo ir al cine y no pagar por el parking... y trasladarme a horas a las que no hay autobuses. O meterla en el metro/tren en caso de pinchazo.

 
“Algo no va bien en una sociedad que va al gimnasio en coche para montar en una bici estática” - Bill Nye

Mis redes sociales:
 Twitter

2 comentarios:

  1. Hola! Yo también uso la bicicleta siempre que puedo y tengo en cuenta los 6 puntos que has explicado. La frase “Algo no va bien en una sociedad que va al gimnasio en coche para montar en una bici estática” - Bill Nye es bien cierta.

    ResponderEliminar

Quiero leeros.