jueves, 18 de febrero de 2016

La soledad está infravalorada

La sociedad civilizada, por lo general, considera que pasar un rato a solas es perder el tiempo y que hacer cosas en solitario aburre. Viajar solo es aburrido... salir a pasear solo es triste... ir al cine sin acompañante es malgastar dinero...

Puede que la soledad no sea apta para todos. O no sea apta para todos los que no estén preparados. La soledad te da la intimidad necesaria para dar vía libre a tus pensamientos y a esa vocecita interior que nunca sube ni baja el volumen. Sí, esa voz que estás escuchando al leer esto.

Tarkovsky, un cineasta ruso, lanzó un mensaje hace mucho tiempo que resume bien lo que explico:
"No sé, creo que solo me gustaría decirles que aprendan a estar solos y procuren pasar el mayor tiempo posible consigo mismos. Me parece que una de las fallas entre los jóvenes es que intentan reunirse alrededor de eventos que son ruidosos, casi agresivos. En mi opinión, este deseo de reunirse para no sentirse solos es un síntoma desafortunado. Cada persona necesita aprender desde la infancia cómo pasar tiempo con uno mismo. Eso no significa que uno deba ser solitario, sino que no debiera aburrirse consigo mismo porque la gente que se aburre en su propia compañía me parece que está en peligro en lo que a autoestima se refiere".
Uno debe ser lo suficientemente entretenido como para no aburrirse a sí mismo.
Creo que hay prejuicios sociales que han hecho bastante daño, como el de asistir solo al cine por ejemplo. Se tiende a pensar que si alguien va solo al cine es porque no tiene con quien ir, no tiene amigos. Ir al cine solo es una buena forma de captar más detalles y reflexionar en profundidad sobre la película. Es necesario poder estar a gusto y en paz a solas para poder estarlo con los demás.

Dos de cada tres veces que comento con alguien mi primer viaje en bici, la primera frase que dicen es "¿pero ibas solo?". Sí. "¿No te aburres?" "Qué rollo, ¿no?" "Yo no puedo pasar solo mucho tiempo, le doy mil vueltas a las cosas y me deprimo". Viajar solo es un mundo diferente y no significa ser solitario. Seguramente conozcas a más gente que la que hubieras conocido viajando con tu grupo de amigos o tu familia. Llegar solo a un sitio en el que no te conoce nadie tiene ciertas ventajas (a pesar de lo que podáis pensar los que nunca lo habéis hecho), el cómo te juzgue la gente con la que te cruzas pierde importancia a favor de lo que tu mismo observes y pienses. Al fin y al cabo, puedes puedes pasearte por el pueblo en chanclas y calcetines que, al día siguiente, ya no vas a estar allí.

Leí hace tiempo que la soledad [voluntaria] es algo que atrae especialmente a las mentes más creativas, a las mentes que disfrutan experimentando. Hay veces que lo que único que se necesita es estar solo un rato y un millón de euros.

En ocasiones, con lo primero, sirve. Os lo recomiendo efusivamente.

@tenorman en PixaBay

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